Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse. Mateo 10:26
Tuesday, January 21, 2014
Construyendo puentes para contribuir a sanar a un mundo herido
Diciembre 31, 2013
Paisaje en recuperación en el norte de Mindanao, Filipinas. Foto de: S Miclat
El Equipo Ecojesuit
Durante la Semana Mundial del Agua 2013 acontecida en Estocolmo, Suecia, los miembros del equipo Ecojesuit mantuvimos algunas reuniones interesantes con personalidades del campo de la ciencia y del medio ambiente que están proporcionando reflexiones críticas muy importantes sobre las respuestas y las acciones que necesariamente tenemos que afrontar en relación a las grandes preocupaciones medioambientales y de sostenibilidad actuales, tanto a nivel local como global.
En primer lugar, nos encontramos con Johan Rockström, un científico reconocido internacionalmente en temas de sostenibilidad a nivel mundial. Nos explicó cómo estamos produciendo un cuádruple “estrujamiento” sobre la Tierra: a) crecimiento de la población, aunque la mayoría de los impactos ambientales en el planeta son causados por una minoría rica; b) la agenda pendiente de abordar sobre el clima, que es el gran problema; c) el fuerte declive de los ecosistemas, en una magnitud nunca conocida como la que está ocurriendo en los últimos 50 años, y que está debilitando las funciones y servicios del ecosistema en el planeta; y d ) que tenemos que abandonar nuestro viejo paradigma de que los ecosistemas se comportan linealmente, como era previsible, de forma controlada, porque en realidad, la sorpresa es universal, ya que los sistemas varían con inesperadamente con mucha rapidez, de manera abrupta, y a menudo de forma irreversible.
Johan nos presentó el concepto de ‘Antropoceno’ como una nueva era geológica, donde los seres humanos son el motor predominante del cambio a nivel planetario. Tenemos evidencia de esto si tomamos cualquier parámetro que es importante para el bienestar humano, con el fin de evitar futuros daños a largo plazo a los sistemas planetarios y a las sociedades que dependen de la noción de los límites del planeta (a diferencia de la identificación de los puntos de no retorno). Fueron diseñados para mantener los niveles de seguridad de impacto humano, pero no asume ni descarta la existencia de puntos de no retorno en el sistema de la Tierra.
La buena noticia es que podemos transformar este panorama. Los cambios en la sociedad, los ecosistemas y el clima están cada vez más interconectados, y los cambios a gran escala en uno de ellos pueden convertirse en el conductor de cambio en otros. Tales conexiones y su conectividad están creciendo y son cuestiones críticas para la resistencia planetaria debido a su potencial para aumentar de manera viral la propagación de cambios en escalas locales a escalas mayores.
En conclusión, Johan sugirió que trabajamos en la misma dirección, aunque nosotros hablamos y actuamos en otra dimensión dentro mismo tema, ya que nosotros hablamos de las respuestas a la sostenibilidad del medio ambiente a través de un cambio en los valores, las actitudes y los comportamientos, que a su vez puede producir cambios en la sociedad y contribuir a respuestas y acciones más creativas e innovadoras que se encaminen a la sostenibilidad del planeta.
Una segunda reunión fue con parte del equipo del Instituto Ambiental de Estocolmo (SEI) y se alcanzaron varias conclusiones interesantes durante esta reunión. El SEI está trabajando en diferentes temas: la gestión de los sistemas ambientales, la reducción del riesgo climático, la transformación de la gobernanza, y el “repensamiento” del desarrollo. Todos estos temas tienen una clara importancia a usos prácticos para las comunidades locales, especialmente a través de kits de herramientas diseñadas por SEI. Potencialmente, Ecojesuit puede ser la plataforma de comunicación para compartir información y noticias de esta institución científica con las comunidades locales ya que muchos de nuestros suscriptores trabajan a nivel comunitario.
Como dijo durante la reunión Johan Kuylenstierna, director ejecutivo de SEI, los resultados de la investigación tienen un impacto limitado en la comunidad científica que lee revistas como Science® o Nature®, pero las religiones tienen la posibilidad de tener un impacto en millones de creyentes, además que muchos entre los lectores Ecojesuit tienen el conocimiento para hablar en una dimensión de valores.
Estas reuniones permitieron ver claramente que estamos en la misma senda con otras iniciativas sobre las grandes preocupaciones ambientales, con las que podemos realizar alianzas para comunicar un mismo mensaje desde distintas perspectivas y puntos de vista con el fin de contribuir a alcanzar un mismo objetivo: sanar un mundo herido. Los científicos, la sociedad civil, centros académicos, centros sociales, comunidades locales y organizaciones de diferentes religiones y creencias tienen que unirse e integrar esfuerzos para provocar cambios en la sociedad que nos encamine hacia un verdadero desarrollo sostenible.
Al mismo tiempo, también estamos descubriendo numerosas iniciativas, además de las existentes en el campo de la ciencia. Un ejemplo son las iniciativas dentro de las instituciones académicas. La Universidad de Yale alberga el Foro sobre Religión y Ecología, un proyecto internacional pluri-religioso. Con sus conferencias, publicaciones y su sitio web, el foro se dedica a explorar distintas cosmovisiones religiosas, textos, la ética y las prácticas con el fin de ampliar la comprensión compleja de la naturaleza y de los problemas ambientales actuales. El Foro reconoce que las religiones tienen que estar en diálogo con otras disciplinas (por ejemplo la ciencia, la economía, la educación, las políticas públicas) en la búsqueda de soluciones integrales a los problemas globales y locales del medio ambiente.
La Universidad Loyola de Chicago tiene el International Jesuit Ecology Project, cuya misión es crear un texto de ciencias del medio ambiente gratuito y disponible en internet para que sea accesible a estudiantes de secundaria y estudios superiores, y que aborda los principales desafíos ecológicos de nuestro tiempo desde una perspectiva científica, espiritual y ética de manera integrada.
Organizaciones de la sociedad civil también están tratando de construir este tipo de puentes con las religiones y creencias para contribuir a la curación de un mundo herido. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) está desarrollando su programa Tierra Sagrada: Religiones para la Naturaleza que construye un diálogo global con los líderes religiosos y las instituciones de fe con el fin de desarrollar maneras de enriquecer las aspiraciones de la sociedad con valores y estilos de vida que sean ecológicamente sostenibles y apoyándose en principios espirituales. WWF ya trabaja en estrecha colaboración con la Alianza de Religiones y Conservación, un organismo secular que ayuda a las principales religiones del mundo a desarrollar programas ambientales sobre la base de sus propias enseñanzas básicas, sus creencias y prácticas.
Ecojesuit también quiere construir puentes con otras organizaciones basadas en la fe. Por ejemplo, la Fundación Islámica de Ecología y Ciencias del Ambiente es una organización multi-dimensional que crea redes alrededor del mundo con ONGs, organizaciones internacionales, instituciones académicas, y organizaciones de base, e invita a la colaboración a instituciones y personas de todas las tendencias que también se dedican al esfuerzo de mantener la Tierra como un hábitat saludable para las futuras generaciones de la humanidad, así como para los demás seres vivos. CIDSE (Coopération Internationale pour le Développement et la Solidarité) es una alianza internacional de 17 agencias católicas de desarrollo de Europa y América del Norte, que trabajan con personas de todos los credos. Sus temas prioritarios son la financiación del desarrollo, la alimentación, la justicia climática, y los negocios y los derechos humanos.
En 2014, Ecojesuit comenzará invitando a estas y otras organizaciones a compartir con nosotros su trabajo y visiones para sanar, cuidar y conservar nuestro hogar común: la Madre Tierra.
Fuente
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