Tuesday, July 20, 2021

Pensando en Haití. Editorial periódico Camino


julio 15, 2021Reflexiones


Editorial
Pensando en Haití

Haití vive una situación de extrema penuria y está al borde de la explosión. La vida cotidiana de la población está hecha de muerte, asesinatos, impunidad, inseguridad, que han provocado el descontento en todas partes, en casi todas las regiones. A todo ello se suma la lacra de los continuos secuestros y una gran crisis sociopolítica y económica, alimentada por el veneno del odio y la desconfianza.
Así habló la Conferencia Episcopal de Haití en febrero de este año, describiendo la dolorosa situación por la que atraviesa este pueblo hermano y que se ha agravado por el asesinato de su presidente Jovenel Moïse, el pasado 7 de julio.
Frente a este panorama lleno de incertidumbre sugerimos a la clase política haitiana, y a todos los sectores de esa nación, echar a un lado los intereses personales y grupales y pensar en el presente y futuro de su patria. Que busquen el consenso porque como han dicho sus Obispos, solo así podrán evitar que Haití se hunda aún más en el abismo.


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Santo Domingo, República Dominicana
8 de julio de 2021

Los obispos de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) expresamos nuestra profunda condolencia al pueblo haitiano y a los familiares del excelentísimo señor presidente de la República de Haití, Jovenel Moïse, asesinado en la madrugada de este miércoles 7 de julio. Al tiempo que, oramos por la recuperación de la primera dama Martine Moïse.

Deploramos, repudiamos y condenamos dicho acto, deleznable y bochornoso, pues la violencia nunca conduce ni a la concordia ni a la paz. Es necesario retomar los caminos del diálogo y la institucionalidad para favorecer un clima de armonía.

Desde nuestra Comisión Nacional de Pastoral de Migrantes (Pastoral Haitiana) y las Diócesis Fronterizas (Barahona, San Juan y Mao-Montecristi) nos mantenemos atentos para continuar brindando el servicio pastoral que requieran nuestros hermanos haitianos.

Nos unimos en oración al Dios de la vida por intercesión de la bienaventurada Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, patrona de Haití, y Nuestra Señora de la Altagracia, protectora de la República Dominicana.