Friday, October 18, 2013

Culto con ruido desconcertante


Es imposible estimar en demasía la obra que el Señor quiere llevar a cabo mediante los que se consideran vasos o instrumentos suyos, para poner en acción sus pensamientos y propósitos. Esas mismas cosas que habéis explicado que ocurrían en Indiana, el Señor me ha mostrado que volverían a ocurrir justamente antes de la terminación del tiempo de gracia. Se manifestará toda clase de cosas extrañas. Habrá vocerío acompañado de tambores, música y danza. El juicio de algunos seres racionales quedará confundido de tal manera que no podrán confiar en él para realizar decisiones correctas. Y a esto consideran como la actuación del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo nunca se manifiesta en esa forma, mediante ese ruido desconcertante. Esto constituye una invención de Satanás para ocultar sus ingeniosos métodos destinados a tornar ineficaz la pura, sincera, elevadora, ennoblecedora y santificadora verdad para este tiempo. Es mejor no mezclar nunca el culto a Dios con música, que utilizar instrumentos musicales para realizar la obra que en enero pasado se me mostró que tendría lugar en nuestras reuniones de reavivamiento. La verdad para este tiempo no necesita nada de eso para convertir a las almas. El ruido desconcertante aturde los sentidos y desnaturaliza aquello que, si se condujera en la forma debida, constituiría una bendición. El influjo de los instrumentos satánicos se une con el estrépito y el vocerío, con lo cual resulta un carnaval, y a esto se lo denomina la obra del Espíritu Santo.

Cuando termina la serie de reuniones de reavivamiento, el bien que debería haberse hecho y que podría haberse efectuado mediante la presentación de la verdad sagrada, no llega a verificarse. Los que participan en el supuesto reavivamiento reciben impresiones que los dejan a la deriva. Son incapaces de decir qué creían anteriormente concerniente a los principios bíblicos.

No debería estimularse esta clase de culto. Este mismo género de influencia advino después de cumplida la fecha de 1844. Ocurrieron las mismas representaciones. Los hombres se agitaron y fueron estimulados por un poder que pensaban era el poder de Dios...

Se repetirá la historia del pasado

No resumiré toda la historia, porque es demasiado penosa. Pero en enero pasado el Señor me mostró que en nuestras reuniones de reavivamiento se introducirían teorías y métodos erróneos, y que se repetiría la historia pasada. Me sentí muy angustiada. Se me instruyó para que dijera que en esas demostraciones estaban presentes demonios en forma humana que trabajaban con todo el ingenio que Satanás puede emplear para hacer que la verdad resulte odiosa para las personas sensibles; debía decir, además, que el enemigo estaba tratando de disponer las cosas de tal modo que las reuniones de reavivamiento, que han sido el medio de presentar la verdad del tercer ángel ante las multitudes, lleguen a perder su fuerza y su influencia.

El mensaje del tercer ángel debe darse en forma directa. Debe mantenerse libre hasta de la menor parte de las invenciones vulgares y miserables representadas por las teorías de los hombres, preparadas por el padre de toda mentira, y disfrazadas como estaba la serpiente de brillantes colores utilizada por Satanás como medio de engañar a nuestros primeros padres. Así es como Satanás procura colocar su impronta sobre la obra que Dios desea que permanezca con toda pureza.

El Espíritu Santo no tiene nada que ver con ese desorden perturbador y esa barahúnda que me fueron mostrados en enero pasado. Satanás trabaja en medio del estruendo y de la confusión producida por esa clase de música, la cual, si fuera dirigida debidamente, serviría para alabar y glorificar a Dios. El diablo hace que tenga el mismo efecto que la mordedura ponzoñosa de la serpiente.

Las cosas que han ocurrido en el pasado también acontecerán en el futuro. Satanás convertirá la música en una trampa debido a la forma como es dirigida. Dios exhorta a su pueblo, que tiene la luz ante sí en la Palabra y los testimonios, a que lea y considere, y luego que obedezca. Se han dado instrucciones claras y definidas a fin de que todos comprendan. Pero la comezón que experimentan ciertas personas por originar alguna cosa nueva, determina el surgimiento de doctrinas extrañas, y destruye en gran medida la influencia de aquellos que podrían ser un poder para realizar el bien, si mantuvieran firme su confianza en la verdad que el Señor les ha dado.

“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”. Hebreos 2:1-3.

“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio”. Hebreos 3:12-14.

Hnos. Haskell, debemos colocarnos todas las piezas de la armadura, y después de haber hecho nuestra parte, debemos permanecer firmes. Se nos ha designado como defensores del Evangelio, y debemos formar parte del gran ejército que Dios tiene para la lucha agresiva. Los fieles embajadores del Señor deben presentar la verdad en forma bien definida. Gran parte de lo que hoy es llamado verdades probatorias constituye nada más que disparates que conducen a ofrecer resistencia al Espíritu Santo...

Una presentación defectuosa del Espíritu Santo

Se está hablando mucho acerca del derramamiento del Espíritu Santo, y algunas personas han interpretado esto en forma tal que ha resultado perjudicial para la iglesia. La vida eterna consiste en recibir los principios vivientes de las Sagradas Escrituras y en hacer la voluntad de Dios. Esto es comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios. A los que hacen esto les son reveladas la vida y la inmortalidad mediante el Evangelio, porque la Palabra es verdad, espíritu y vida. Todos los que creen en Jesucristo como su Salvador personal tienen el privilegio de alimentarse de la Palabra de Dios. La influencia del Espíritu Santo convierte a esa Palabra, la Biblia, en una verdad inmortal, que proporciona fibra y músculo espirituales a quien investiga con espíritu de oración.

Cristo declaró: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Juan 5:39. Los que cavan debajo de la superficie encuentran las gemas de la verdad que están ocultas. El Espíritu Santo acompaña al investigador fervoroso. Su inspiración fulgura sobre la Palabra, estampa la verdad sobre la mente y le da una importancia renovada y actual. El investigador se siente invadido por una sensación de paz y de gozo que nunca había experimentado. Comprende como nunca antes el inmenso valor de la verdad. Una nueva luz celestial brilla sobre la Palabra, y la ilumina como si cada letra estuviera matizada con oro. Dios mismo ha hablado a la mente y el corazón, y ha hecho que la Palabra sea espíritu y vida.

Cada verdadero investigador de la Palabra eleva a Dios su corazón e implora la ayuda del Espíritu. Y pronto descubre aquello que lo lleva por encima de todas las declaraciones ficticias de quien se considera maestro, cuyas teorías débiles y vacilantes no están respaldadas por la Palabra del Dios viviente. Esas teorías fueron inventadas por hombres que no habían aprendido la gran lección: que el Espíritu de Dios y la vida están en su Palabra. Si hubieran recibido de corazón los principios eternos contenidos en la Palabra de Dios, verían cuán insustanciales e inexpresivos son todos los esfuerzos realizados para obtener algo nuevo a fin de crear sensación. Necesitan aprender los primeros rudimentos de la Palabra de Dios; después de eso podrán poseer la palabra de vida para el pueblo, que pronto distinguirá la paja del trigo, porque así lo prometió Jesús a sus discípulos.—Carta 132, 1900.


Mensajes Selectos Tomo 2, Page 41-45.
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