Trabajo desde hace dos años en el Centre Avec, un centro de investigación y acción social de la provincia Bélgica meridional y Luxemburgo. Nuestra misión consiste en sensibilizar a los ciudadanos sobre cuestiones sociales a nivel local y global y ofrecerles medios para actuar en favor de una sociedad más justa. Dedicamos parte de nuestro trabajo a la reflexión y a la investigación y otra parte al desarrollo de ideas y propuestas de acción que nos comprometan en la construcción de un mundo más humano. Se trata de una labor a la que todos estamos llamados y que nosotros llevamos a cabo por medio de nuestra revista trimestral "En question" u organizando conferencias. Las situaciones y las personas que más me interpelan y me interesan son aquéllas afectadas por algunas de las crisis que actualmente padecemos: crisis social, económica, financiera, medioambiental y también crisis de sentido. En Occidente, muchas personas, aunque viven holgadamente, tienen dificultad en encontrar sentido a su vida. El individualismo se va afianzando cada vez más. También me preocupan las desigualdades económicas (dentro de un mismo país, pero también a nivel internacional y entre países), que no disminuyen, sino que aumentan. Tengo la impresión de que esto engendra miedo hacia los otros: miedo a que el otro se rebele, pero también miedo porque nos damos cuenta de que las desigualdades no se pueden sostener a largo plazo y nos veremos obligados a vivir con menos. Sin embargo, el consumismo es hoy tan envolvente que se nos pide un verdadero cambio cultural, un cambio que conlleva una conversión espiritual. Por esto me inclino a pensar que la espiritualidad ofrece un verdadero punto de apoyo para afrontar los retos de hoy, siempre que se entienda como espacio de libertad interior donde el ser humano orienta su deseo y se articule hacia un compromiso en favor de un cambio de estructuras en la sociedad. En este sentido, cualquier acción ciudadana es de tipo espiritual. En estas situaciones de crisis, lo que me da esperanza y mucha alegría son la multitud de iniciativas que surgen de la sociedad civil y que construyen un mundo más solidario, socialmente más justo y ecológicamente sostenible. Hay muchos hombres y mujeres de buena voluntad que dan rostro al eslogan "Otro mundo es posible". Muchos descubren que vivir con poco genera alegría. Descubrir alternativas al sistema neoliberal ha hecho que mi visión de la vida cambiara y ahora trato de orientar mis opciones inspirándome en esto. Reconozco que Dios está presente y actúa entre esta muchedumbre de personas que trabajan por el Reino de Dios, asumiendo sus responsabilidades... sin que necesariamente utilicen estas palabras al describir su compromiso. Desde que trabajo en el Centro Avec, voy descubriendo poco a poco la riqueza de la espiritualidad ignaciana. Encuentro en ella apoyo para mi trabajo y, al mismo tiempo, una llamada a la libertad y a la responsabilidad humanas, un apoyo sobre el que descanso. Asimismo la gran red ignaciana, al crear comunidad, me es de gran ayuda. El testimonio de algunas personas que invitamos al Centro -como Fernando López s.j. del equipo itinerante de Amazonia o Paolo Dall'Oglio s.j. de Siria- me interpela, alimenta y me ayuda a avanzar personal y profesionalmente. Claire Brandeleer Centro Avec, Bruselas, Bélgica. Fuente: Headlines 2012-10 Fuente . |
Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse. Mateo 10:26
Wednesday, November 28, 2012
Espiritualidad Ignaciana y Compromiso Ciudadano
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