Con la tradicional entrega de la vela y la rosa, los alumnos del Instituto Lux se despidieron de sus compañeros y de sus días como preparatorianos.
LAURA VIOLETA BERMÚDEZ
NOTA PUBLICADA: 4/6/2011
A quince años de comenzar con la tradición de la Vela y La Rosa, el rector Daniel Stevens SJ, despidió a los 183 alumnos de la generación número 70 de bachilleres que egresan del Instituto Lux, deseándoles fortaleza y corazón para salir avante en la vida.
Entre los estudiantes que dijeron adiós se encuentra Andrés Treviño Luna, quien hace 12 años despidió a una compañera entregándole una rosa, que simboliza el amor y la amistad que los estudiantes cosecharon en su paso por las aulas.
Ahora es él quien recibe esa rosa de manos de una pequeña de preescolar, y que al igual que él cuando tenía 6 años, participa en esta emotiva tradición que se instauró en el instituto durante la rectoría del jesuita Juan Luis Orozco.
Entonces pequeño, Andrés aún no comprendía la importancia de esta ceremonia aunque recuerda las palabras de su compañera “ella nos dijo que aprovecháramos mucho el Lux pues era lo mejor que le había pasado”.
A su paso por el colegio, Andrés reconoce haber sido forjado en los valores ignacianos, al vivir experiencias que marcaron su vida cuando compartió con los indígenas tzetzales en la sierra chiapaneca o al visitar las comunidades del sur del país en los estados de Tabasco, Chiapas y Guanajuato.
Estas visitas formaron parte de los programas “Mochilazo Intercolegial”, “Misiones y Experiencia Rural”, en los que el Lux involucra a su comunidad académica para lograr una formación social, aunque lo deportivo no se queda atrás.
Otro estudiante destacado que también entregó la vela a los más pequeños es Efrén Guerrero de la Cruz, quien pertenece a la selección de atletismo que representa al Estado de Guanajuato a nivel nacional.
Efrén estudia en el Lux desde hace 11 años y entrena desde hace cuatro, ha participado en varias contiendas deportivas, tan sólo hace un mes se enfrentó en salto de longitud contra competidores de todo el país en la Olimpiada Nacional 2011 que se realizó en Mérida, Yucatán, donde quedó entre los primeros 10 lugres.
Aquí radica la importancia de la ceremonia, pues mientras los alumnos de preescolar les recuerdan a los bachilleres la importancia de cultivar el amor y la amistad que sembraron durante su paso por el colegio, los mayores a través de la vela, les otorgan la luz de su conocimiento.
Ahora Andrés continuará su camino como universitario en el ITESO de Guadalajara, donde cursará la carrera en Relaciones Internacionales para continuar con la línea educativa de los jesuitas.
Así como él, el resto de sus compañeros partieron del lugar que fue por muchos años parte de su vida, pero se llevan los valores de la formación jesuita que adoptaron desde que iniciaron siendo unos niños.
LAURA VIOLETA BERMÚDEZ
NOTA PUBLICADA: 4/6/2011
A quince años de comenzar con la tradición de la Vela y La Rosa, el rector Daniel Stevens SJ, despidió a los 183 alumnos de la generación número 70 de bachilleres que egresan del Instituto Lux, deseándoles fortaleza y corazón para salir avante en la vida.
Entre los estudiantes que dijeron adiós se encuentra Andrés Treviño Luna, quien hace 12 años despidió a una compañera entregándole una rosa, que simboliza el amor y la amistad que los estudiantes cosecharon en su paso por las aulas.
Ahora es él quien recibe esa rosa de manos de una pequeña de preescolar, y que al igual que él cuando tenía 6 años, participa en esta emotiva tradición que se instauró en el instituto durante la rectoría del jesuita Juan Luis Orozco.
Entonces pequeño, Andrés aún no comprendía la importancia de esta ceremonia aunque recuerda las palabras de su compañera “ella nos dijo que aprovecháramos mucho el Lux pues era lo mejor que le había pasado”.
A su paso por el colegio, Andrés reconoce haber sido forjado en los valores ignacianos, al vivir experiencias que marcaron su vida cuando compartió con los indígenas tzetzales en la sierra chiapaneca o al visitar las comunidades del sur del país en los estados de Tabasco, Chiapas y Guanajuato.
Estas visitas formaron parte de los programas “Mochilazo Intercolegial”, “Misiones y Experiencia Rural”, en los que el Lux involucra a su comunidad académica para lograr una formación social, aunque lo deportivo no se queda atrás.
Otro estudiante destacado que también entregó la vela a los más pequeños es Efrén Guerrero de la Cruz, quien pertenece a la selección de atletismo que representa al Estado de Guanajuato a nivel nacional.
Efrén estudia en el Lux desde hace 11 años y entrena desde hace cuatro, ha participado en varias contiendas deportivas, tan sólo hace un mes se enfrentó en salto de longitud contra competidores de todo el país en la Olimpiada Nacional 2011 que se realizó en Mérida, Yucatán, donde quedó entre los primeros 10 lugres.
Aquí radica la importancia de la ceremonia, pues mientras los alumnos de preescolar les recuerdan a los bachilleres la importancia de cultivar el amor y la amistad que sembraron durante su paso por el colegio, los mayores a través de la vela, les otorgan la luz de su conocimiento.
Ahora Andrés continuará su camino como universitario en el ITESO de Guadalajara, donde cursará la carrera en Relaciones Internacionales para continuar con la línea educativa de los jesuitas.
Así como él, el resto de sus compañeros partieron del lugar que fue por muchos años parte de su vida, pero se llevan los valores de la formación jesuita que adoptaron desde que iniciaron siendo unos niños.
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