Monday, September 7, 2015

Jesuitas españoles apuestan por eliminar asignaturas y exámenes para educar a un alumno integral



Proyecto Horizonte 2020, a un año de su implementación:



domingo, 06 de septiembre de 2015



Margherita Cordano F.
Educación
El Mercurio

Fomentar el trabajo en grupo por sobre las pruebas es un modo concreto de entregar herramientas del siglo XXI a sus alumnos, comenta Lluís Tarín, asesor educativo de la orden.


Una clase en la escuela El Clot de Barcelona comienza todos los días con 20 minutos de reflexión: se habla de las noticias que los niños escucharon por la mañana, de la imagen que la profesora recortó de una revista, de lo emocionante que es cumplir años y de lo triste que es descubrir que hay un abuelo enfermo. No hay temas prohibidos.

"Es un ejercicio que permite tomar conciencia del otro, elevar la mirada y plantear los objetivos del día", explica Lluís Tarín, asesor de este y otros dos colegios -ambos en Cataluña- que hace un año decidieron dar un giro a la forma de enseñar. Además de introducir la conversación como comienzo del día, bajo el alero de la Fundación Jesuïtes Educació, se botaron las paredes que separaban una sala de otra, creando un único gran espacio. En vez de 20 alumnos en tres salas, hay 50 en un mismo lugar. Todos transitan entre sofás, graderías y mesas de seis y hasta ocho puntas, las que cuentan con ruedas para trasladarlas de un lado a otro.

Para supervisar a los niños, en cada aula hay tres profesores, quienes también están a cargo de guiar una de las grandes apuestas de este sistema: trabajar sobre la base de proyectos y dejar de lado las asignaturas.

"Son interdisciplinares; a través de un proyecto se desprende una serie de aprendizajes. Están semiestructurados por los profesores, quienes se reúnen a discutirlos antes de presentar la propuesta a los alumnos", comenta Tarín, quien visitó Chile esta semana para participar en la conferencia "Transformar la Educación es posible: la experiencia de Jesuitas Educación" de la Universidad Andrés Bello.

En esta instancia, Tarín dio ejemplos sobre cómo han ido desechando el concepto de ramos. El proyecto "Roma", por ejemplo, no solo ha ayudado a aprender sobre historia del Imperio Romano, sino a entender mejor conceptos de matemáticas (se puede calcular cómo se construían calles y puentes de la época).

Carga de baterías

El objetivo detrás de los cambios -que cumplieron un año desde su implementación en enseñanza preescolar y básica- es volver la escuela un lugar de menos estrés para los estudiantes, además de fomentar algunas habilidades que a futuro se estima van a ser cada vez más fundamentales.

"Sentimos que si no hacíamos nada para cambiar, seguiríamos preparando con métodos del siglo XX a alumnos que viven en el siglo XXI. El mundo cambia muy deprisa y para desarrollarse en un contexto globalizado creemos que se necesitan personas flexibles, capaces de trabajar en equipo y afrontar desafíos sabiendo que pueden caer y volverse a levantar", dice el profesor.

En un entorno competitivo, "buscamos que las personas no se transformen en lobos y enfrenten al otro, sino que trabajen juntos en pos de algo mejor para todos".

La competencia es una de las razones por las que las escuelas de Horizonte 2020 también quisieron dejar los exámenes de lado. En vez de eso, se evalúa por competencias (competencia comunicativa, conocimiento e interacción del mundo físico y autonomía, por ejemplo). En una cartilla con el símbolo de una batería, los alumnos con el objetivo logrado aparecen con esta cargada al máximo, mientras que aquellos que todavía deben mejorar aparecen con una batería cargada a medias o por terminarse.

Solo para cumplir con el reglamento legal, esta evaluación después se traduce a notas.

Motivados

A pesar de que hubo una cierta aprensión al comienzo (ver recuadro), en este primer año los profesores dicen no sentir que sus alumnos están menos disciplinados ahora que el profesor representa a un tutor y no una autoridad a la que no se debe cuestionar.

"Sorpresivamente han disminuido los problemas disciplinarios y los conflictos. Creemos que tiene que ver con la motivación, con el querer ir al colegio porque es algo que gusta. También creemos que tiene relación con la introspección que se hace a principio del día, algo que se repite cuando termina la jornada y se analiza si se consiguieron o no los objetivos impuestos", dice Tarín.

El hecho de entregar mayor responsabilidad a los niños -al no haber horarios para cada ramo, los estudiantes escogen cuándo salir a recreo según qué tan cansados están- hace que ellos sientan que el modelo es un bien que deben cuidar y agradecer, por lo que no tienden a arriesgarse en sus conductas, explica.

Los resultados no corresponden a un estudio formal, pero el profesor insiste en que aquello que comunican los docentes en sala es igual de importante para ver qué tan exitoso es el modelo hasta ahora.

56 mil ideas respecto a cosas que debían cambiar y mantenerse reunieron los jesuitas antes de comenzar con Horizonte 2020. Los comentarios vinieron de alumnos, apoderados y docentes.

Fuente
.

No comments:

Post a Comment