Sunday, March 13, 2016

El creciente interés por los jesuitas, su andar por el mundo después de ser expulsados



Sociedad Corrientes

Martes 06 de marzo de 2016

MOMARANDU CON ESPECIALISTA EN ESTUDIOS JESUÍTICOS 



(Por María Laura Riba, para momarandu.com) En tiempos de Cuaresma, en momentos en que el Papa Francisco concita miles de miradas, para los cristianos o para quienes sientan curiosidad sobre aquellos jesuitas que fueron expulsados de todas las misiones en 1767, momarandu.com entrevistó a la investigadora e historiadora Viviana Piciulo, quien se dedica a estudiar sus derroteros.

Viviana Silvia Piciulo es historiadora argentina, pero ha vivido más de veinte años en Italia. Allí, entre otras cosas, se ha dedicado a investigar la vida de los jesuitas, especialmente la de aquellos que, expulsados por Carlos III de todas las misiones, se dispersaron por el mundo. Sin embargo, uno de sus puntos de estudio se focalizó en la figura del sacerdote riojano Joaquín Camaño, un hombre capaz de recordar de memoria varias de las lenguas indígenas que se hablaban de este lado del continente.

Piciulo es graduada en Historia, en la UBA, fue docente de esa universidad y de la Università di Bologna, es doctora en Estudios Religiosos por la Universas de Bologna y doctora en Historia y Civilización, graduada en París, en la École des Hautes Études en Sciences Sociales. Es, además, master en Estudio sobre el Renacimiento Italiano por la Universidad de Ferrara. En fin, conversar con Viviana Piciulo es adentrarse en un mundo fascinante donde la Historia, lejos del aburrimiento, puede conducirnos a las más maravillosas aventuras. Momarandu.com conversó con ella:

MOMARANDU: El tema “los jesuitas” siempre ha llamado la atención, no obstante, con el correr de los años, pareciera que el interés por ellos y su obra, lejos de aplacarse, fuera en aumento, ¿considera que es así? Con la elección de un jesuita como Papa, ¿ha observado mayor interés por este tema?
VIVIANA PICIULO: Es cierto, el tema de los jesuitas ha siempre llamado la atención por varios motivos, basta decir que muchas veces en la literatura, cuando es necesario colocar la figura de un personaje religioso intrigante y misterioso, se recurre a un oscuro jesuita. Por otro lado, a nivel historiográfico, las investigaciones sobre la Compañía de Jesús se han desarrollado enormemente en los últimos 25 años dando lugar a aquello que muchos llaman Jesuitología. Se reconozca o no esta rama de especialización, existe un número creciente de estudiosos laicos que tienen como objetivo la producción de un saber crítico sobre la Compañía de Jesús desde su fundación en el lejano 1540 hasta nuestros días. Hay que recordar que la historia de los ignacianos ha influenciado con su sello la historia religiosa, política, cultural, artística, filosófica, pedagógica y científica a nivel mundial. Esto hace que la historia de los jesuitas sea vista como prisma a través del cual comprender muchos de los fenómenos que identifican la llamada Edad Moderna. Caracterizada por el descubrimiento de América, la expansión colonial, la aparición del Nuevo Mundo, la Contrarreforma, la Revolución Francesa, la revolución científica y tantos otros hitos de la historia que, estudiados a través de la lente de la Compañía de Jesús, sus archivos y protagonistas adquieren nuevos y profundos matices.
Por lo tanto, respondiendo a tu pregunta, es verdad que el interés por los jesuitas ha aumentado en los últimos años de manera exponencial. Hecho reflejado también en los centenares de congresos científicos y conmemoraciones que se han llevado a cabo en el 2014 con motivo de cumplirse los 200 años de la Restauración de la Compañía de Jesús que fuera expulsada de los dominios del rey de España en 1767, suprimida mundialmente en 1773 por el entonces Papa Clemente XIV, y restaurada por Pío VII en 1814. Además, y esto es obvio, la coronación del carismático Papa Francisco como primer pontífice jesuita, en la larga historia de la Iglesia, ha tenido repercusiones mundiales en la opinión publica que alimentan la curiosidad en torno al tema. Bergoglio, como lo ha subrayado Naomí Klein, tiene una calidad de liderazgo a nivel mundial de la que carecemos enteramente en la esfera política internacional, por lo cual su labor se destaca en todos los órdenes y alimenta nuevos estudios.


Doctora Viviana Silvia Piciulo

M.: Cuando los jesuitas fueron expulsados de América en 1767, ¿se siguieron comunicando entre ellos? Si lo hacían, ¿de qué modo?
V.P.: Cuando los jesuitas fueron expulsados de todos los territorios españoles por decreto del rey español Carlos III el 2 de abril de 1767 se verificó uno de los hechos más relevantes de la Edad Moderna y en particular del siglo XVIII. Tenemos que pensar que por esta decisión de la corona de España fueron expulsados y trasladados en naves mal equipadas desde sus destinos esparcidos por toda la faz de la tierra, América Latina, Filipinas, Europa hacia las tierras del Estado Pontificio ubicadas en la actual Italia. Fueron deportados de España 2641 jesuitas y de las Indias 2630. En un cerrar y abrir de ojos todas las casas jesuitas fueron clausuradas y sus miembros incomunicados y controlados a vista por militares que esgrimían sus bayonetas en forma amenazante. Le habían precedido las expulsiones de Portugal (1759) y Francia (1762). Hay que pensar que todos estos hombres, al menos los que sobrevivieron a las intemperancias del viaje y a los naufragios, llegaron al norte de Italia y de allí a las diferentes ciudades donde cada provincia jesuítica se alojó. Estos, en su gran parte inmigrantes ilustrados, llevaron adelante sus vidas de mil maneras diferentes, algunos se casaron y tuvieron muchos hijos, otros se dedicaron a la enseñanza, otros a escribir libros, a ser profesores universitarios o a dar sermones y misas. A pesar de las dificultades materiales, los jesuitas conservaron sus lazos con su tierra de origen y mantuvieron contactos epistolares con sus amigos y parientes por el resto de su vida. En algunos casos esta correspondencia, de gran riqueza para los historiadores, fue llevada adelante por casi 5 décadas. Mi trabajo de investigación ha consistido en rastrear estas cartas en diferentes archivos de Italia, España, y Argentina para reconstruir la vida de estos ignacianos que fueron religiosos, pero sobre todo, hombres inmigrantes en un época plagada de acontecimientos que determinaron la historia del mundo occidental. Ellos sobrevivieron a los grandes cambios que significó la revolución francesa y las diferentes revoluciones de independencia. Uno de ellos fue el jesuita riojano Joaquín Camaño (1737-1820), hombre estudioso y metódico que preparó durante su exilio una gran obra que nunca logró editar.

M.: ¿Por qué es importante para usted la figura del jesuita Joaquín Camaño?
S.P.: Camaño me ha interesado por haber nacido en territorio argentino y por haber recubierto durante sus años de exilio el rol de informador y de especialista de las lenguas americanas ante el interés de los estudiosos europeos, que en esa época buscaban incesantemente entender el origen de todas las lenguas. De este modo, el riojano colaboró con importantes estudiosos de aquel periodo, deslumbrados por sus conocimientos sobre el quichua, el chiquitano y otras lenguas indígenas que recordaba de memoria a pesar de las décadas transcurridas lejos de las misiones.

M.: ¿Con qué enfoque los jesuitas en el destierro, narraban cómo era la realidad de este lado del continente a quienes, en Europa, tenían una mirada bastante estrecha al respecto?
V.P.: Esta es una pregunta muy apropiada pues por aquellos años la temática americana estaba...podríamos decir, “de moda”, y gran parte de la intelectualidad europea se cuestionaba sobre la naturaleza y características de los hombres de estas tierras llegándose a divulgar y a escribir cosas que ante nuestros ojos podrían resultar absurdas. Igualmente es necesario ubicarse en esa época. Uno de los episodios más importantes de la historia mundial fue la irrupción de la diversidad americana en el siglo XV. Este encuentro entre dos orbes radicalmente diferentes determinó para Europa el inicio del largo y complejo camino hacia una representación ideal y física de América y los americanos. Por su parte la fascinación y el entusiasmo determinados por los descubrimientos transoceánicos tienden a redimensionarse en la segunda mitad del siglo XVI, cuando la conquista deja de ser un fenómeno puramente español. A partir del siglo XVII se entabla un proceso que considera el conjunto de las novedades provenientes del Nuevo Mundo con racionalidad analítica. En las décadas sucesivas renacen las emociones suscitadas a partir del contacto con las áreas inexploradas vistas a través del particular enfoque del Iluminismo. La ecumene, como construcción del territorio dominado por el hombre se amplía junto a las respectivas fuentes que nutren el concepto europeo de América enriquecido por las noticias de los libros de viajes de aventureros y conquistadores. Con la llegada del Siglo de las Luces el “Mundo Nuevo” es observado desde diferentes ángulos siendo su expresión las obras del Enciclopedismo nacidas en el '700. Desde ese momento la lejana e ignorada América empieza a ser conocida bajo otra luz, lo cual indica un nuevo recorrido del conocimiento y el verdadero descubrimiento del "otro americano". En este ampliarse del horizonte cultural europeo un grupo compacto de fuentes son los escritos de los misioneros jesuitas que comienzan a ser traducidos al italiano a partir de la segunda mitad del siglo XVI, fuentes que se enriquecerán con los escritos de los exiliados jesuitas provenientes del Nuevo Mundo y de España a partir de su expulsión en el 1767. Por lo cual podríamos decir que los jesuitas, en particular los americanos, actuaron como mediadores culturales entre dos realidades que hasta el momento habían encontrado pocos puntos de contacto directo.

M.: ¿Considera que se sabe en profundidad la vida jesuítica que se llevó en estas tierras?
V.P.: Creo que se ha investigado muchísimo, pero no está todo dicho. Con respecto a la vida en las misiones jesuíticas existen numerosos estudios y cada día surgen otros que ilustran sobre la polifacética obra que desarrollaban estos aventureros religiosos armados de sotana y Biblia. Yo he estudiado en particular los relatos jesuitas producidos en el exilio, como memorias de los años transcurridos en las misiones, y tengo que reconocer que muchas de las fuentes que he encontrado analizan desde un interesante punto de vista antropológico aspectos cotidianos poco estudiados.

M.: ¿Cuál fue su experiencia investigando sobre estos temas en los archivos del Vaticano?
V.P.: Mi experiencia fue fantástica. Tengo que admitir que mi debilidad siempre fueron las bibliotecas, por lo cual haber tenido la oportunidad de trabajar en la Biblioteca Apostólica Vaticana y en los archivos de la Compañía de Jesús en Roma fue hacer realidad un sueño. En el Vaticano se concentran las fuentes mas valiosas para mi trabajo y deambular por las callecitas de Roma a la salida de una larga jornada de trabajo entre libros y documentos es un placer que repetiría todos los días de mi vida.

M.: ¿Cuál es su opinión personal acerca de la expulsión que sufrieron de nuestro continente?
V.P.: Es complicado responder sintéticamente a esta pregunta. Como se sabe la expulsión de los jesuitas de los reinos españoles se debió a causas muy complejas de orden político, económico y social que aún hoy no son muy claras. Los tiempos estaban cambiando y para el poder político de la época ellos representaban todo aquello que debía superarse del Antiguo Régimen. Las justificaciones oficiales sostenían que los jesuitas se habían enriquecido enormemente gracias a las misiones, creando un estado dentro de otro estado, además de ser responsables de intrigar contra los intereses de la corona española y de fomentar el asesinato de los reyes de Portugal y de Francia. Motivaciones que, fueran ciertas o no, fundamentaron las drásticas decisiones de la deportación de todos los jesuitas de la faz de la tierra. Sólo en Rusia, curiosamente, pudo sobrevivir por aquellos años bajo la protección de la emperatriz Catalina II. En mi opinión, el extremo poder del cual gozaban los jesuitas en todos los órdenes y la obediencia incondicional al Papa antes que al rey, determinó un clima de aversión tal que concluyó con su exilio y supresión. Tuvieron que pasar más de 50 años para que la coyuntura cambiara y la Orden pudiese ser restaurada por el papado en 1814.
Lo concreto es que gracias a esas drásticas determinaciones se concentraron en el norte de Italia, en ciudades como Bologna, Ferrara, Faenza, Ravena, Modena, Imola etc. etc. la mayor cantidad de expertos sobre el tema americano que nadie hubiese podido pensar jamás. Sobre ellos trabajo y su producción alimenta día a día mi investigación que me apasiona. En definitiva, a nivel personal, Carlos III me hizo un gran favor.


Fuente

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