DIARIODE UN CURA PEDERASTA
Un jesuita español abusó de decenas de niños en Bolivia. Encubierto por la Iglesia, dejó escrito un insólito testimonio. Reconstruimos su historia de la mano de víctimas y allegados


JULIO NÚÑEZ
APR 29, 2023 - 23:30 EDT
PARTE 1
PARTE 2
PARTE 3
EPÍLOGO
Durante el que sería su último viaje, a finales de agosto de 2009, el jesuita español Alfonso Pedrajas, de 62 años, obligó a su novio a que le prometiera algo: “Tú vas a hacer lo que sea y como sea para quedarte con mi computadora. No quiero que nadie la tenga”. La pareja del sacerdote hizo la promesa a bordo de un Toyota gris, mientras atravesaban las carreteras polvorientas que conducen al balneario de Urmiri, en el oeste de Bolivia, donde iban de vacaciones.
“Eso fue lo que me dijo”, recuerda por teléfono, 14 años después, quien fue pareja del religioso durante los últimos cuatro años de su vida. “No me imaginaba qué podía ser eso de ‘lo que sea’. ¿Significaría persuadir a alguien? ¿Robarla? Realmente no lo sé”, dice, sin revelar su nombre por miedo.
—¿Pero usted conocía, antes de ver lo que había en ese ordenador, que Alfonso agredió sexualmente a decenas de menores y que los jesuitas taparon las denuncias?
—Sí —dice consternado desde Bolivia —, me manifestaba su preocupación, su miedo. Sin embargo, también me expresó que la Iglesia como institución lo respaldaba.