Es Dios quien escoge a sus colaboradores.
La misión de los Jesuitas es encontrar quiénes tienen su mismo corazón, dispuesto al servicio”.
P. Adolfo Nicolás,
Guayaquil, 18 de agosto, 2013
En su primer día en Guayaquil, la agenda del el P. Adolfo Nicolás S.J., Superior General de la Compañía de Jesús, incluyó una visita al Palacio Arzobispal, el encuentro con los jesuitas que trabajan en Guayaquil, Cuenca, Manta y Portoviejo, el acercamiento con los jóvenes de las diversas obras apostólicas jesuitas del Ecuador y, finalmente, un diálogo con los colaboradores laicos de las obras ignacianas de las ciudades mencionadas.
A tempranas horas de la mañana, el Padre General visitó a Mons. Antonio Arregui, Arzobispo de la Arquidiócesis de Guayaquil. Dialogaron sobre el estado actual de la religiosidad en el Ecuador y la labor de la Compañía de Jesús en esta ciudad. Monseñor Arregui destacó la gloriosa tradición y enorme labor jesuítica, y recordó emblemáticas obras como el Instituto radiofónico Fe y Alegría (IRFEYAL), la Fundación Mariana de Jesús…
Luego, se trasladó hacia la Unidad Educativa Javier, donde tuvo un conversatorio privado con el grupo de jesuitas que trabajan en Guayaquil, Cuenca, Manta, Portoviejo, y otros padres y hermanos provenientes de Riobamba y Quito.
Sin duda, uno de los momentos especiales fue el encuentro con las delegaciones de estudiantes de diecisiete obras educativas de todo el Ecuador. El P. Adolfo Nicolás manifestó a los jóvenes que el mundo espera de ellos mucho más de lo que se imaginan y que la misión que dará sentido a sus vidas será aliviar los males de la humanidad. Impulsó a seguir el mandato del Santo Padre Francisco de salir a las calles, conocer la realidad del ser humano y encontrar la felicidad de vivir por los demás.
En horas de la tarde, los colaboradores seglares tuvieron la oportunidad de presentar sus obras y compartir sus inquietudes con el Padre General y Él, a su vez, les recordó su labor en la misión con esta frase de San Ignacio, dirigida a sus colaboradores: “La Compañía de Jesús es tan vuestra como mía”.
La jornada concluyó con la concelebración eucarística, y un ágape fraterno compartido con las diferentes delegaciones quienes, a su vez, le obsequiaron con diversos objetos traídos de las ciudades y obras apostólicas a las que representaban.
Fuente
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