SANTA SEDE
Viaje relámpago a Friuli, una región del noreste de Italia
El Papa visita dos cementerios italianos que albergan cerca de 115.000 soldados caídos
La visita está presidida por un clima de recogimiento y meditación por su expreso deseo
El Papa visita dos cementerios italianos que albergan cerca de 115.000 soldados caídos
La visita está presidida por un clima de recogimiento y meditación por su expreso deseo
El Papa Francisco camina por el cementerio austro-húngaro de Fogliano-Redipuglia.
STEFANO RELLANDINI
REUTERS
IRENE HDEZ. VELASCOCorresponsal RomaActualizado: 13/09/2014 03:50 horas
El papa Francisco ha afirmado hoy que en la actualidad puede hablarse de una tercera Guerra Mundial que se desarrolla "por partes" mediante "crímenes, masacres y destrucciones" y ha invocado la paz para detener la "locura" bélica durante la homilía que pronunció en el cementerio militar de Fogliano Redipuglia.
"Hoy, tras el segundo fracaso de una guerra mundial, quizás se puede hablar de una tercera guerra combatida "por partes", con crímenes, masacres, destrucciones", ha aseverado, según informa Efe.
El memorial del cementerio militar italiano de la IGM de Redipuglia.
OLIVIER MORIN AFP
El papa ha pronunciado la homilía en el cementerio militar de Fogliano Redipuglia, al que ha acudido este sábado para recordar a los caídos de la Primera Guerra Mundial y a los damnificados por todos los conflictos bélicos.
Nueve millones de muertos en los campos de batalla, unos siete millones de víctimas civiles a causa tanto de las operaciones bélicas como del hambre, la carestía, las epidemias... Son algunas cifras que dan cuenta de la gigantesca destrucción que dejó la I Guerra Mundial, de cuyo estallido se acaba de conmemorar este verano un siglo. Para recordar todo ese dolor, para levantar una vez más su voz en contra de todas las guerras y para hacer un nuevo llamamiento mundial a favor de la paz, Francisco realiza este viaje relámpago de sólo cuatro horas a Friuli, una región del noreste de Italia. Llegó a eso de las 8.30 al aeropuerto de Trieste, donde entre otros fue recibido por Matteo Renzi, el primer ministro italiano, y antes de las 13.00 horas está previsto que regrese al Vaticano. Durante la visita ha rezado en dos cementerios que en total albergan los cuerpos de cerca de 115.000 caídos en la Gran Guerra.
El Papa ha visitado primero el cementerio austro-húngaro de Fogliano-Redipuglia, donde reposan los cuerpos de 14.550 soldados caídos durante la I Guerra Mundial. Allí, en el camposanto de los que perdieron la guerra, el pontífice se ha recogido en oración delante del monumento central, donde están enterrados unos 7.000 soldados desconocidos.
Francisco ha recorrido en un coche cerrado unos dos kilómetros yvisita el cementerio militar de Redipuglia, inaugurado con gran pompa por el régimen fascista de Benito Mussolini después de diez años de trabajos en las faldas del monte Sei Busi -conquistado por las tropas italianas tras una batalla en julio de 1915 contra el ejército austrohúngaro- y donde descansan los restos de 100.187 soldados muertos en la I Guerra Mundial. De nuevo allí el Papa ha rezado y meditado en silencio.
No utilizará un vehículo abierto
El pontífice no ha utilizado durante esta visita el vehículo abiertoque suele emplear para poder estar cerca de la gente, saludarla, tocarla.... La Santa Sede ya había anunciado, a través de un comunicado, que tratándose de un viaje "de luto por los muertos de todas las guerras y de oración para invocar la paz" no se ha considerado apropiado el uso de ese vehículo. Francisco ha querido que su visita esté presidida por un clima de recogimiento y meditación así como evitar los gestos y manifestaciones de tono festivo, y por ese motivo ha decidido prescindir del jeep que suele utilizar tanto en los desplazamientos que efectúa durante sus viajes como para recorrer la plaza de San Pedro.
Tras la visita a los dos cementerios, Francisco oficia una misa en memoria de los caídos en todos los conflictos a la que asisten al menos 10.000 personas y que concelebra con los cardenales de Viena y Zagreb y obispos procedentes de Eslovenia, Austria, Hungría y Croacia, así como obispos de órdenes militares y capellanes castrenses. Al concluir la misa el Papa hará entrega a los obispos de una lámpara de la paz que será encendida en las respectivas diócesis en las que se celebren actos en conmemoración de la I Guerra Mundial. Por su parte el jefe del Estado mayor de Defensa italiano, el almirante Binelli Mantelli, entregará al Papa la chapa de identificación de su abuelo, Giovanni Bergoglio, que fue soldado durante la I Guerra Mundial.
El papa ha pronunciado la homilía en el cementerio militar de Fogliano Redipuglia, al que ha acudido este sábado para recordar a los caídos de la Primera Guerra Mundial y a los damnificados por todos los conflictos bélicos.
Nueve millones de muertos en los campos de batalla, unos siete millones de víctimas civiles a causa tanto de las operaciones bélicas como del hambre, la carestía, las epidemias... Son algunas cifras que dan cuenta de la gigantesca destrucción que dejó la I Guerra Mundial, de cuyo estallido se acaba de conmemorar este verano un siglo. Para recordar todo ese dolor, para levantar una vez más su voz en contra de todas las guerras y para hacer un nuevo llamamiento mundial a favor de la paz, Francisco realiza este viaje relámpago de sólo cuatro horas a Friuli, una región del noreste de Italia. Llegó a eso de las 8.30 al aeropuerto de Trieste, donde entre otros fue recibido por Matteo Renzi, el primer ministro italiano, y antes de las 13.00 horas está previsto que regrese al Vaticano. Durante la visita ha rezado en dos cementerios que en total albergan los cuerpos de cerca de 115.000 caídos en la Gran Guerra.
El Papa ha visitado primero el cementerio austro-húngaro de Fogliano-Redipuglia, donde reposan los cuerpos de 14.550 soldados caídos durante la I Guerra Mundial. Allí, en el camposanto de los que perdieron la guerra, el pontífice se ha recogido en oración delante del monumento central, donde están enterrados unos 7.000 soldados desconocidos.
Francisco ha recorrido en un coche cerrado unos dos kilómetros yvisita el cementerio militar de Redipuglia, inaugurado con gran pompa por el régimen fascista de Benito Mussolini después de diez años de trabajos en las faldas del monte Sei Busi -conquistado por las tropas italianas tras una batalla en julio de 1915 contra el ejército austrohúngaro- y donde descansan los restos de 100.187 soldados muertos en la I Guerra Mundial. De nuevo allí el Papa ha rezado y meditado en silencio.
No utilizará un vehículo abierto
El pontífice no ha utilizado durante esta visita el vehículo abiertoque suele emplear para poder estar cerca de la gente, saludarla, tocarla.... La Santa Sede ya había anunciado, a través de un comunicado, que tratándose de un viaje "de luto por los muertos de todas las guerras y de oración para invocar la paz" no se ha considerado apropiado el uso de ese vehículo. Francisco ha querido que su visita esté presidida por un clima de recogimiento y meditación así como evitar los gestos y manifestaciones de tono festivo, y por ese motivo ha decidido prescindir del jeep que suele utilizar tanto en los desplazamientos que efectúa durante sus viajes como para recorrer la plaza de San Pedro.
Tras la visita a los dos cementerios, Francisco oficia una misa en memoria de los caídos en todos los conflictos a la que asisten al menos 10.000 personas y que concelebra con los cardenales de Viena y Zagreb y obispos procedentes de Eslovenia, Austria, Hungría y Croacia, así como obispos de órdenes militares y capellanes castrenses. Al concluir la misa el Papa hará entrega a los obispos de una lámpara de la paz que será encendida en las respectivas diócesis en las que se celebren actos en conmemoración de la I Guerra Mundial. Por su parte el jefe del Estado mayor de Defensa italiano, el almirante Binelli Mantelli, entregará al Papa la chapa de identificación de su abuelo, Giovanni Bergoglio, que fue soldado durante la I Guerra Mundial.
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