Raúl Castro, presidente de Cuba junto a su homólogo de EU Barack Obama. Foto: Archivo
[Relaciones internacionales]
Por Notimex
18/03/2016 - 05:45 PM
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Ciudad del Vaticano.- El cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, quien recibirá el próximo domingo al presidente Barack Obama en la catedral de La Habana, fue el secreto mensajero del Papa Francisco y una pieza fundamental en el “deshielo” entre Estados Unidos y Cuba.
Según la agenda oficial de la visita del mandatario estadounidense a la isla, este domingo 20 de marzo por la tarde está previsto un coloquio con el arzobispo de la capital cubana, quien fue también clave para la elección papal de Jorge Mario Bergoglio.
El encuentro no es casual, él mismo reconoce el rol estratégico del purpurado en las gestiones de acercamiento entre ambos países que concluyeron con un histórico restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Entre julio y agosto de 2014, en pleno verano boreal, Ortega y Alamino entregó en mano a Obama una carta autógrafa del Papa Francisco, durante un encuentro reservado en la Casa Blanca.
Para lograrlo contó con la complicidad de los jesuitas de la Universidad de Georgetown, en Washington, quienes accedieron a organizar una conferencia que le permitiese –a modo de excusa- viajar a la capital estadunidense y escabullirse para su encuentro con el presidente.
Otro cardenal, el arzobispo emérito Theodore Mc Carrick, fungió de facilitador de esa reunión. Junto con el arzobispo de Boston, Sean O’Malley, custodiaban con celo la secreta petición del Papa: Ortega debía entregar en mano ambas cartas.
Eran textos de puño y letra de Francisco. Decían lo mismo. Uno para el presidente cubano Raúl Castro y el otro para Barack Obama. Entregar el del mandatario cubano fue fácil, sólo bastó un viaje en avión privado hasta la playa donde pasaba sus vacaciones.
La difícil fue la misión en Washington, cuya fecha exacta todavía permanece sin esclarecerse. La ensayista francesa Constance Colonna-Cesari asegura que fue el 18 de julio de 2014, mientras Peter Kornbluh y William Leogrande sostienen que fue un mes más tarde. Estos datos fueron incluidos en dos diversos libros.
Por esta labor Ortega es ya conocido como el “cardenal del deshielo” y pese a contar con 79 años cumplidos, cuatro más de la edad para su jubilación obligatoria, no parece estar pronta la aceptación de su renuncia por parte del Papa.
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Según la agenda oficial de la visita del mandatario estadounidense a la isla, este domingo 20 de marzo por la tarde está previsto un coloquio con el arzobispo de la capital cubana, quien fue también clave para la elección papal de Jorge Mario Bergoglio.
El encuentro no es casual, él mismo reconoce el rol estratégico del purpurado en las gestiones de acercamiento entre ambos países que concluyeron con un histórico restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Entre julio y agosto de 2014, en pleno verano boreal, Ortega y Alamino entregó en mano a Obama una carta autógrafa del Papa Francisco, durante un encuentro reservado en la Casa Blanca.
Para lograrlo contó con la complicidad de los jesuitas de la Universidad de Georgetown, en Washington, quienes accedieron a organizar una conferencia que le permitiese –a modo de excusa- viajar a la capital estadunidense y escabullirse para su encuentro con el presidente.
Otro cardenal, el arzobispo emérito Theodore Mc Carrick, fungió de facilitador de esa reunión. Junto con el arzobispo de Boston, Sean O’Malley, custodiaban con celo la secreta petición del Papa: Ortega debía entregar en mano ambas cartas.
Eran textos de puño y letra de Francisco. Decían lo mismo. Uno para el presidente cubano Raúl Castro y el otro para Barack Obama. Entregar el del mandatario cubano fue fácil, sólo bastó un viaje en avión privado hasta la playa donde pasaba sus vacaciones.
La difícil fue la misión en Washington, cuya fecha exacta todavía permanece sin esclarecerse. La ensayista francesa Constance Colonna-Cesari asegura que fue el 18 de julio de 2014, mientras Peter Kornbluh y William Leogrande sostienen que fue un mes más tarde. Estos datos fueron incluidos en dos diversos libros.
Por esta labor Ortega es ya conocido como el “cardenal del deshielo” y pese a contar con 79 años cumplidos, cuatro más de la edad para su jubilación obligatoria, no parece estar pronta la aceptación de su renuncia por parte del Papa.
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