Publicada en 27 · feb · 2014
Justicia, diálogo, conciencia y ciudadanía
Este domingo (19 de enero) leeremos en el Evangelio cómo Jesús nos invita a superar las condiciones del decálogo superando las condiciones de odio. “Se les ha dicho no matarás pero yo les digo todo el que odie a su hermano es reo de muerte”. No menos hemos vivido este 12 de febrero.
Como una paradoja esta fecha de celebración de la entrega de nuestros jóvenes a la causa de la libertad, hemos tenido un día de dolor. Tres jóvenes asesinados, decenas de heridos, daños múltiples a la propiedad pública y privada. Nada justifica estos hechos sin sentido, salvo el odio que nuevamente toma en la sinrazón partidista y sectaria su motivación. A la vez esto se inscribe en los miles de jóvenes asesinados por una delincuencia igualmente desenfrenada, pues en el fondo de todo esto está el hecho de que como sociedad estamos fracasando en encontrar caminos para resolver nuestras diferencias y nuestro desarrollo, apelando así a la violencia como la vía casi cotidiana de encontrar salidas a nuestros problemas ya sea considerado individual o socialmente.
Me sumo al llamado de muchos agentes de la sociedad, en especial de nuestros obispos, para que se haga verdadera justicia en este caso. Le corresponde al Estado investigar, sancionar a los responsables de hechos vandálicos como de violaciones a los derechos humanos, así como buscar caminos para indemnizar a las víctimas. Se hace hoy más que nunca necesario insistir en el desarme y en la necesidad de que sea sólo el Estado quien tenga el monopolio de la violencia legítima, usada dentro del marco de la ley. De igual forma es necesario que los actores políticos que se pretenden democráticos, se deslinden de cualquier grupo o acto que signifique buscar por los caminos de la violencia o extra constitucionales la solución a nuestros conflictos como sociedad.
Más allá de eso requerimos luchar para que el diálogo se imponga en el país como la vía para solventar las legítimas diferencias en el marco de un sistema democrático que tenga la justicia social como su horizonte compartido. En esto queremos sumar esfuerzos como Compañía de Jesús encarnando en medio del dolor de tantas muertes la esperanza por una Venezuela mejor.
Arturo Peraza, S.J.
Provincial de la Compañía de Jesús en Venezuela
Caracas, 15 de enero de 2014
Para leer el Comunicado de la Universidad Católica Andrés Bello clique aquí.
Fuente
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