Satanás está trabajando constantemente; pero pocos tienen idea alguna de su actividad y sutileza. El pueblo de Dios debe estar preparado para resistir al astuto enemigo. Esta resistencia es lo que Satanás teme. El conoce mejor que nosotros el límite de su poder, y cuán fácilmente puede ser vencido si le resistimos y le hacemos frente. Por la fuerza divina, el santo más débil puede más que él y todos sus ángeles, y si se le probase podría mostrar su poder superior. Por lo tanto los pasos de Satanás son silenciosos, sus movimientos furtivos, y sus baterías enmascaradas. El no se atreve a mostrarse abiertamente, no sea que despierte las energías dormidas del cristiano, y le impulse a ir a Dios en oración.
El enemigo se está preparando para su última campaña contra la iglesia. Está de tal manera oculto de la vista que para muchos es difícil creer que existe, y mucho menos pueden ser convencidos de su asombrosa actividad y poder. Han olvidado mayormente su pasado, y cuando da otro paso adelante, no le reconocen como su enemigo, la serpiente antigua, sino que le consideran como un amigo que está haciendo una buena obra. Jactándose de su independencia, bajo la influencia espaciosa y hechicera de Satanás, obedecen a los peores impulsos del corazón humano, y sin embargo creen que Dios los está conduciendo. Si sus ojos pudiesen abrirse para distinguir a su capitán, verían que no están sirviendo a Dios, sino al enemigo de toda justicia. Verían que la independencia de que se jactan únicamente por Cristo cómo es limitado el poder de Satanás. Esta es una verdad portentosa que todos debieran entender. Satanás está ocupado en todo momento, yendo de aquí para allá en la tierra, buscando a quien devorar. Pero la ferviente oración de fe frustrará sus esfuerzos más arduos. Embrazad, pues, hermanos, "el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno." (Efe. 6: 16.)
Los peores enemigos que tenemos son aquellos que están tratando de destruir la influencia de los atalayas que están sobre los muros de Sión. Satanás obra por medio de agentes. Está haciendo un esfuerzo ferviente aquí. Trabaja de acuerdo con un plan definido, y sus agentes obran de concierto. Una línea de incredulidad se extiende a través del continente, y está en comunicación con la iglesia de Dios. Su influencia tiende a minar la confianza en la obra del Espíritu de Dios. Este elemento está aquí, y obra silenciosamente. Tened cuidado, no sea que seáis hallados ayudando al enemigo de Dios y del hombre mediante la difusión de falsos informes, y por crítica y oposición decidida.
Por medios engañosos y conductos invisibles, Satanás está trabajando para fortalecer su autoridad y poner obstáculos en el camino del pueblo de Dios, a fin de que las almas no queden libres de su poder, y reunidas bajo el estandarte de Cristo. Por sus engaños, está tratando de seducir y apartar de Cristo a las almas, y aquellos que no estén establecidos en la verdad quedarán seguramente entrampados por él. A aquellos a quienes no pueda inducir a pecar, los perseguirá, como los judíos a Cristo.
El objeto de Satanás es deshonrar a Dios, y obra con todo elemento no santificado para lograr este designio. Los hombres a quienes usa como instrumentos para hacer esta obra, son cegados, y no ven lo que están haciendo hasta que están tan profundamente envueltos en la culpabilidad que piensan que ya sería inútil tratar de recobrarse y, arriesgándolo todo, continúan en la transgresión hasta el amargo fin.
Satanás espera envolver al pueblo remanente de Dios en la ruina general que está por sobrevenir a la tierra. A medida que la venida de Cristo se acerque, será más resuelto y decidido en sus esfuerzos para vencerlo. Se levantarán hombres y mujeres, profesando tener alguna nueva luz o alguna nueva revelación que tenderá a conmover la fe en los antiguos hitos. Sus doctrinas no soportarán la prueba de la Palabra de Dios, pero habrá almas que serán engañadas. Harán circular falsos informes, y algunos serán prendidos en esta trampa. Creerán estos rumores, y a su vez los repetirán, y así se formará un vínculo que los ligue con el gran engañador. Ese espíritu no se manifestará siempre desafiando abiertamente los mensajes que Dios envía; pero un decidido descreimiento se expresa de muchas maneras. Cada declaración falsa alimenta y fortalece ese descreimiento, y por este medio muchas almas serán inclinadas en la dirección errónea.
No podemos ejercer demasiado cuidado contra toda forma de error, porque Satanás está tratando constantemente de apartar a los hombres de la verdad.
Joyas de los Testimonios Tomo 2, Página 105-107.
El enemigo se está preparando para su última campaña contra la iglesia. Está de tal manera oculto de la vista que para muchos es difícil creer que existe, y mucho menos pueden ser convencidos de su asombrosa actividad y poder. Han olvidado mayormente su pasado, y cuando da otro paso adelante, no le reconocen como su enemigo, la serpiente antigua, sino que le consideran como un amigo que está haciendo una buena obra. Jactándose de su independencia, bajo la influencia espaciosa y hechicera de Satanás, obedecen a los peores impulsos del corazón humano, y sin embargo creen que Dios los está conduciendo. Si sus ojos pudiesen abrirse para distinguir a su capitán, verían que no están sirviendo a Dios, sino al enemigo de toda justicia. Verían que la independencia de que se jactan únicamente por Cristo cómo es limitado el poder de Satanás. Esta es una verdad portentosa que todos debieran entender. Satanás está ocupado en todo momento, yendo de aquí para allá en la tierra, buscando a quien devorar. Pero la ferviente oración de fe frustrará sus esfuerzos más arduos. Embrazad, pues, hermanos, "el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno." (Efe. 6: 16.)
Los peores enemigos que tenemos son aquellos que están tratando de destruir la influencia de los atalayas que están sobre los muros de Sión. Satanás obra por medio de agentes. Está haciendo un esfuerzo ferviente aquí. Trabaja de acuerdo con un plan definido, y sus agentes obran de concierto. Una línea de incredulidad se extiende a través del continente, y está en comunicación con la iglesia de Dios. Su influencia tiende a minar la confianza en la obra del Espíritu de Dios. Este elemento está aquí, y obra silenciosamente. Tened cuidado, no sea que seáis hallados ayudando al enemigo de Dios y del hombre mediante la difusión de falsos informes, y por crítica y oposición decidida.
Por medios engañosos y conductos invisibles, Satanás está trabajando para fortalecer su autoridad y poner obstáculos en el camino del pueblo de Dios, a fin de que las almas no queden libres de su poder, y reunidas bajo el estandarte de Cristo. Por sus engaños, está tratando de seducir y apartar de Cristo a las almas, y aquellos que no estén establecidos en la verdad quedarán seguramente entrampados por él. A aquellos a quienes no pueda inducir a pecar, los perseguirá, como los judíos a Cristo.
El objeto de Satanás es deshonrar a Dios, y obra con todo elemento no santificado para lograr este designio. Los hombres a quienes usa como instrumentos para hacer esta obra, son cegados, y no ven lo que están haciendo hasta que están tan profundamente envueltos en la culpabilidad que piensan que ya sería inútil tratar de recobrarse y, arriesgándolo todo, continúan en la transgresión hasta el amargo fin.
Satanás espera envolver al pueblo remanente de Dios en la ruina general que está por sobrevenir a la tierra. A medida que la venida de Cristo se acerque, será más resuelto y decidido en sus esfuerzos para vencerlo. Se levantarán hombres y mujeres, profesando tener alguna nueva luz o alguna nueva revelación que tenderá a conmover la fe en los antiguos hitos. Sus doctrinas no soportarán la prueba de la Palabra de Dios, pero habrá almas que serán engañadas. Harán circular falsos informes, y algunos serán prendidos en esta trampa. Creerán estos rumores, y a su vez los repetirán, y así se formará un vínculo que los ligue con el gran engañador. Ese espíritu no se manifestará siempre desafiando abiertamente los mensajes que Dios envía; pero un decidido descreimiento se expresa de muchas maneras. Cada declaración falsa alimenta y fortalece ese descreimiento, y por este medio muchas almas serán inclinadas en la dirección errónea.
No podemos ejercer demasiado cuidado contra toda forma de error, porque Satanás está tratando constantemente de apartar a los hombres de la verdad.
Joyas de los Testimonios Tomo 2, Página 105-107.
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